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06/12/2024

El hombre que superó su ansiedad

Fuente: telam

El célebre pianista Glenn Gould interpretó una misma obra en 1955 y en 1980. La primera dura 37 minutos, la segunda 52. Un periodista le preguntó por qué una pieza es más lenta que la otra. “Porque puedo”, respondió el artista

>Glenn Gould es considerado por muchos como el mejor intérprete de Bach de toda la historia. El pianista canadiense dejó como legado una extensa discografía pese a una muerte relativamente precoz.

En el año 1955 realizó una grabación en la que quedó plasmado todo su virtuosismo, sacudiendo al mundo y convirtiéndose en un récord absoluto de ventas. Cuando se cumplieron veinticinco años de esa interpretación magistral, el sello discográfico CBS tuvo la audaz idea de proponerle que con motivo del aniversario hiciera un nuevo registro. Después de analizarlo un tiempo, el pianista accedió.

En la conferencia de prensa del lanzamiento, un periodista le preguntó:

Glenn Gould percibió que era una pregunta envenenada. Veladamente estaban dando a entender que estaba viejo y era incapaz de sostener una digitación tan rápida y virtuosa como veinticinco años antes.

-¿Usted desea saber por qué ahora la toco despacio?, repreguntó el pianista.

Esta última versión es considerada la mejor de toda la historia. En vez de ser un torbellino de sonidos como fue la primera grabación, acá cada nota tiene vida propia, y parece durar una eternidad.

En la primera grabación, Glen Gould necesitaba mostrar lo que era capaz de hacer. El disco es una demostración de su virtuosismo. ¿Acaso su principal preocupación sería impresionar a todos?

En esa grabación aniversario tampoco parecía estar regido por el miedo. Simplemente tenía algo que decir, en forma distinta a lo expresado décadas atrás. O quizás recién ahora se podía expresar realmente por primera vez. Y eso fue lo que hizo.

Algunos científicos explican que es normal acelerarnos cuando tenemos miedo. Es la respuesta biológica a un peligro: pelear o huir. Alejarnos del riesgo lo más rápido posible para seguir vivos.

Pensaba en el largo camino que recorremos -al igual que Gould-, para poder ser nosotros mismos. Dejar de lado mandatos, expectativas, exigencias, y tantas cosas que nos alejan de quienes en verdad somos.

La prisa es la fiebre del alma.

En el fondo, se trata de ser capaces de elegir. De no ser esclavos de nuestras pulsiones y miedos, y que decidan por nosotros.

¿Y vos? ¿Por qué vivís tan apurado? ¿De qué te estás escapando?

Fuente: telam

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